Más de una vez hemos escuchado o leído sobre la dopamina, la oxitocina, la serotonina, la adrenalina, el cortisol y , por supuesto, de las endorfinas.
Cada una de ellas juega un rol importante en nuestro bienestar y en la forma en que nos comportamos en nuestros ambientes laborales, que vale la pena reconocer como líderes o gestores de personas.
La dopamina nos permite sentir una sensación de recompensa interior cuando alcanzamos nuestros objetivos. Esto es vital para darnos una sensación de progreso y sentir que estamos “en el camino correcto”. Nos permite explorar los límites y centrarnos en las actividades que parecen tener éxito.
Por su parte, la oxitocina se activa cuando percibimos oportunidades para conectarnos con otros de manera significativa. También llamada la hormona del abrazo, es importante en la construcción de confianza, que es necesaria para desarrollar un vínculo emocional. Nos predispone para el compromiso a través de nuestro cuerpo. Nuestras pupilas se dilatan y brillan y queremos formar parte de algo más grande.
A su vez, la serotonina, también conocida como la “hormona de la felicidad”, influye directamente en nuestro estado de ánimo. Genera una sensación de bienestar, relajación, satisfacción y aumenta la concentración y la autoestima. La falta de serotonina puede producir depresión, problemas con el control de la ira, pérdida de peso y sueño.
La adrenalina en tanto nos prepara para la acción y es esencial para mantenernos energizados y reaccionar rápidamente en situaciones de peligro o estrés. Una vez pasada esta situación produce una sensación de placer y paz. En dosis moderadas la adrenalina ayuda a evitar la depresión y la tristeza. Puede alimentar tanto la ansiedad como el entusiasmo.
El Cortisol, también llamada la hormona del estrés, es un antiinflamatorio que está ahí para protegernos de las infecciones. El problema es que se desencadena con demasiada frecuencia tanto ante una amenaza social (que nos falten al respeto, etc.) como ante una amenaza física. La sobreestimulación constante del cortisol hace que nuestro sistema de respuesta esté desequilibrado, lo que a su vez nos resta energía y puede provocar enfermedades y depresión.
Finalmente, las Endorfinas, son consideradas un analgésico natural que enmascaran el dolor e inducen una sensación de bienestar. Estimulan los centros de placer generando satisfacción, mejoran el estado de ánimo y disminuyen la ansiedad. El ejercicio físico, las muestras de afecto, la risa, la música suave, recordar momentos gratos y hacer lo que nos gusta estimula la producción de endorfinas.
Liderazgo en Sintonía
¿Cómo pueden entonces las jefaturas fomentar el equilibrio hormonal en sus equipos? A continuación algunas sugerencias:
- Inspirar a la acción a través del Propósito. Los líderes deben asegurarse que las personas del equipo tengan un sentido de propósito en su trabajo. Es importante que sientan que están consiguiendo algo y que son reconocidos por ese logro para sentir un golpe de dopamina diaria. Una cultura que apoye y que además, desafíe es vital.
- Alinear los Talentos con las necesidades de la empresa. El trabajo puede y debe ser agradable. Esto no significa que seamos felices todo el tiempo. Sabemos que “después de la inspiración viene el trabajo”. Por esto, desplegar todo nuestro talento natural, tener espacios habilitados para hacerlo, y ser nosotros mismos en el trabajo nos dará un golpe de serotonina para ser felices y estar contentos en el trabajo.
- Ayudar a tu equipo a tomar Consciencia del impacto energético que tienen unos sobre otros. Todos podemos dar energía o absorber la energía de los demás. Los líderes tienen que estar en sintonía y cuidar cómo se gestionan las relaciones entre los integrantes del equipo, este intercambio energético, para equilibrar la adrenalina del equipo.
- Construir relaciones de Confianza. Un liderazgo coherente, sincero y claro junto con hacerse cargo de las expectativas del equipo sienta las bases para generar relaciones basada en la confianza, lo que potencia la creación de un vínculo emocional con el equipo. Abrazar y reconocer los logros -desde el que lidera al equipo- también permiten un aumento de la oxitocina.
- Fomentar el Trabajo en Equipo. Potenciar el trabajo colaborativo estimula la generación de endorfinas y con ello una sensación de bienestar en las personas. También generar espacios para que las personas puedan hacer lo que les gusta y desplegar todo su talento. “porque estamos todos juntos en esto”.
6. Controlar el nivel de estrés. Aunque cierto nivel de estrés forma parte de nuestra respuesta natural a los eventos internos y externos que vivimos, es fundamental asegurarse de que estos estímulos “no se exageren”. Desafiar a las personas en el trabajo es muy positivo, siempre que el desafío sea estimulante y reciban apoyo para que se pueda lograr. Niveles excesivos de estrés matan la cultura. No contamines tu cultura y mantén un nivel adecuado de cortisol.
Conocer no solo lo que piensan las personas sino que también cómo se sienten en el trabajo, te permitirá entender su comportamiento y así mejorar la experiencia del trabajador y la gestión emocional de los equipos.
“En Beside® utilizamos la neurociencia aplicada al trabajo para hacer un profundo análisis de la cultura mediante la plataforma británica The Happiness Index®. Medimos engagement y felicidad en el trabajo para maximizar el vínculo con la marca empleadora, el compromiso y felicidad de los trabajadores que sin duda impactan en el desempeño de los trabajadores y los resultados del negocio” señala Pamela Teustch, Directora Ejecutiva de Beside®.
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